La música tiene ese mágico poder de conectarnos con emociones, con momentos, con los afectos y los efectos, y es la mejor máquina del tiempo que el hombre haya inventado. Este es un proyecto que llevaba bastante tiempo en una gaveta, mejor dicho, en una carpeta de mi computador y que ha sobrevivido a varios avatares informáticos. Por alguna que otra razón permanecía allí, a la espera, paciente, como aquel bateador emergente que está en el dugout y le toca ir a la caja de bateo en un noveno inning dispuesto a dar el batazo oportuno para dejar en el terreno al equipo contrario. Hoy le tocó el turno.
Historias personales y ajenas se cruzan en cada disco que pasa por mis manos, en cada sonido encontrado, en cada silencio, en cada uno de los momentos donde he estado al frente de mis tambores, en la cabina de la radio como locutor, como fotógrafo en algún concierto o en algún otro lugar, igual la música siempre está conmigo. Encuentros, sonidos, discos, conciertos, historias y cuentos, entre otras cosas, se pretenden relatar acá.
Mientras tanto, sigo escribiendo y les cuento, sentado…sobre una corchea.
Muy interesante. Leer sobre tus anécdotas y tu percepción sobre temas o producciones educa y genera curiosidad.
¡Mil gracias, Gabriela! Aquí trato de hablar de música pero desde un punto de vista más persona. Me alegra mucho que lo disfrutes. Recibe un abrazo.