
Hace algunos años me propuse hacer un disco. Esta idea tenía varios años en mi mente. Quería llevar a cabo un proyecto donde el jazz tuviese presencia así como la tiene en cada paso que doy. Sin embargo, era la primera vez que lideraba un proyecto de esta naturaleza. Tenía en mente una selección de estándares de jazz que tienen un gran significado en mi vida, muchos de esos temas me han acompañado desde mis inicios en la música y aun los sigo interpretando en muchas presentaciones. Sin embargo, hacer un disco no es algo que se pueda hacer solo, es preciso la ayuda de mucha gente con experiencia y conocimiento para esto pudiese ser una realidad.
Trataré de contarles esta historia.
Durante años venía pensando en la idea de hacer un disco con una muestra de la música que disfruto hacer. La primera interrogante que surgió fue la música a grabar, dado que la composición no es uno de mis puntos fuertes. Un día conversando con mi amigo Leonard García, el me preguntó si yo tenía pensado grabar algo. Mi respuesta fue que no lo había pensado ya que no tenía material para grabar. Leonard me sugería hacer un disco de estandares de jazz. Me gustaba esa idea, de manera que la anoté en mi libreta. Al cabo de un tiempo, conversando con mi amigo Carmelo Medina, le hice el planteamiento del disco. Me dice que sí, que seleccione el material a grabar y lo revisamos a ver la factibilidad.
La tarea de revisar el materia no fue fácil, en mi mente rondaban una gran cantidad de temas, de modo que no tenía idea por dónde empezar. La preselección era muy numerosa, tenía que tomar una decisión. Volví a reunirme con Carmelo y determinamos una lista de 7 composiciones. Era 2015, y pensábamos grabar ese mismo año. Surgió un hecho que le puso pausa al proyecto: Mi viaje a Alemania. Tuve que pausar el proyecto.
Al llegar a Alemania, mi idea seguía firme, quería grabar, pero estaba recién llegando a otro país con muchas cosas diferentes. Esto me hacía ver muy lejos la meta propuesta. Sin embargo, no desistí, inicié el proceso de conocer músicos y darme a conocer en el medio musical de Fráncfort del Meno (Frankfurt am Main en alemán). Hice buenas amistades en la capital financiera de Alemania, colegas que llegaron a ser un gran apoyo en un medio tan competitivo y que hoy son hermanos que la vida me ha obsequiado. Tuve varias reuniones, asistí a las Musikmesse de 2016, 2017 y 2018, y fui abriéndome paso en el difícil y competido mundo de la música. Durante 2017 se abrió una posibilidad de grabar allá, pero había que esperar. Seguí trabajando, siempre con a idea de grabar. Ya para 2018 estaba cuadrando las fechas para grabar, pero la vida me guardaba otra sorpresa: Debía que retornar a Venezuela.
Sucedieron muchas cosas imprevistas, y mi retorno fue muy precipitado. Mientras hacía los arreglos para mi retorno a Venezuela, recibí una llamada de Carmelo Medina, quien me dió mucho ánimo y me indicó que tendríamos bastante trabajo al yo regresar a Venezuela. Regresé a Venezuela a finales de 2018 y, sí, tuve mucho trabajo musical con Carmelo durante los años 2019-2020. Durante ese tiempo volvimos retomar el proyecto de mi disco. Le comenté del material a grabar y las ideas que yo tenía en mente. Sin embargo, Carmelo puso todo en orden, sugirió ideas, conceptos y se encargaría de dirigir las sesiones.
Habíamos pensado en grabar en abril o mayo de 2020, pero no contábamos con una nueva sorpresa: La pandemia. Otra vez un imprevisto aparecía y retrasaba nuevamente la grabación. Hubo que poner pausa. Sí, una nueva pausa al proyecto.
Gracias a la ayuda de grandes amigos fuimos dándole forma al proyecto. Mi amigo Freddy Real, hermano de la vida y un apoyo invaluable en mis proyectos se encargó de animarme a la aventura del disco con valiosos consejos, guía y brindándome la palabra oportuna para no desistir de la idea, siendo responsable de la producción ejecutiva y de una cantidad de aspectos necesarios para que el disco fuese una realidad. En cuanto a la producción general, mi gran amigo Carlos Pineda definió la ruta que habríamos de transitar para lograr el objetivo, demarcando cada paso, trazando el trayecto de cada una de las etapas que tendríamos que realizar.
La Producción musical fue responsabilidad del gran Carmelo Medina, otro de los hermanos que la música me ha obsequiado y uno de los músicos más geniales que conozco. Carmelo hizo que este disco sonase mejor de lo que yo tenía pensado, transformando mis conceptos en sonidos. La trompeta estuvo a cargo del músico larense Yoel Patiño, un gran músico y extraordinario compañero de muchas presentaciones. Yoel puso las melodías y los sonidos necesarios gracias a su experiencia, calidad musical y muy buen gusto a la hora de improvisar. El bajo fue responsabilidad de otro gran músico y también gran compañero de muchos proyectos musicales, me refiero al contrabajista trujillano Allan Torres, quien desarrolló un importante trabajo cargado de buen gusto, swing y mucho conocimiento del genero.
Fueron dos días de intenso trabajo en el estudio, específicamente en Backstage Studios Valencia,donde hicimos las tomas del disco, tan solo en 14 horas de grabación. Daniel Arrieche Díaz se encargó de la consola en el momento de las tomas, haciendo un trabajo realmente impecable. La mezcla y materialización del disco fue realizada por otro gran músico, ingeniero de sonido y uno de los amigos que la música me ha obsequiado: Miguel Peña desde su Audi-O-Sonik Studios desde la ciudad de Atlanta en los Estados Unidos.
En cuanto a lo visual, las fotografías del disco fueron realizadas por el Profesor Geczain Tovar Andueza, un hermano que la vida me ha regalado y que, para más señas, es miembro del cuerpo docente de la Escuela de Artes Plásticas Arturo Michelena de Valencia. Geczain estuvo presente en las sesiones de grabacion, logrando fotografías con vida y expresión propias. El arte del disco fue realizado por Alexis Tovar, quien puso el orden visual a las ideas que tuvimos en cuanto al diseño se refiere.
Sin embargo, existe mucha gente que ha creído en mi y en mi trabajo artístico, y que también tienen parte de este logro mas allá de mi familia, nombrarlos a todos seria una tarea titánica y correría el riesgo de obviar involuntariamente algún nombre.
Un agradecimiento muy especial a mis alumnos, quienes son los que me motiva a trabajar fuerte diariamente y se han convertido en mis mejores maestros.